La sociedad como reflejo de una política

La actuación permisiva del gobierno ante las graves incidencias, delitos o actuaciones, primero con su propio equipo y luego, con prioridades como la pobreza de un país, que se jacta de nombrar 'primer mundista', pasando por las pensiones, energía, confrontaciones varias, la violencia hacía el género femenino, etc. No es más una estrategia que incita, no a menos, a la pasividad social de un territorio, que ante las grandes desigualdades e injusticias legislaciones llevadas a cabo, siguen acurrucados en unas sábanas tratando de lidiar su situación propia y esperando a una mejoría mágica de su economía que le dará la oportunidad de volver a tener prósperos endeudamientos con su director de banco de confianza, por la "necesidad" que requiere la reforma de una nueva casa, el mejor coche del mercado y unas inmejorables vacaciones en un hotel de cinco estrellas, si cabe.

Así, el presidente de los Estados Unidos, Trump, se atreve a decir sin remordimiento alguno y en décimas de segundo, que la mejor forma para defender a sus conciudadanos de un ataque mortal de alumnos - que se sabía - psicológicamente destruidos, es dar armas a los profesores. Asumiendo así, que los profesores son todos y cada uno de ellos íntegros y pasan continuamente exámenes psicológicos para saber que se encuentran en un estado óptimo psicológico (nótese la ironía).

Es por ello, que una sociedad, actúa en consecuencia de lo que refleja aquello por lo que se rige, haciendo, de unos, una sociedad permisiva con las injusticias y de otros, una tremendamente violenta.